Jóvenes zona rural de Azua luchan por romper círculo de la pobreza

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En un ambiente de pobreza extrema caracterizado por condiciones de marginalidad, exclusión y servicios sociales inadecuados, cientos de jóvenes de comunidades ubicadas en la Cuenca de Sabana Yegua, en las provincias de Azua y San Juan (Las Yayas, Monte Bonito, Padre Las Casas, Guayabal, Buena Vista del Yaque, Bohechío, La Siembra, entre otras) luchan día a día por escapar de ese círculo intergeneracional de la pobreza y la inequidad social.

Las oportunidades de empleo son mínimas y las pocas escuelas en la zona apenas llegan a la secundaria, razón por la cual los muchachos una vez superan ese nivel tienen que trasladarse a Utesur en la capital provincial de Azua, a la extensión de UASD en San Juan o, en el mejor de los casos, irse a la Capital.

El magisterio, motoconcho, agricultura y pequeños negocios de particulares son las principales fuentes de empleo de esta comunidad. Jóvenes de la zona conversaron con La Esquina Joven sobre sus inquietudes, dificultades y esperanzas de cara a sus expectativas a corto, mediano y largo plazos, así como del trabajo que la Fundación Sur Futuro ha venido realizando desde hace nueves años.

Willy Ramírez, Richard de la Rosa, Ricar Jiménez Segura, Masiel Adames y Rosanndy Alcántara conversaron sobre desempleo juvenil, emprendurismo, retos productivos, educación y otros tópicos.

Educación. Al hacer una radiografía del sector educativo en Padre las Casas, Rosandy Alcántara citó el reducido número de aulas, lo que genera superpoblación estudiantil, el deterioro de las escuelas, falta de laboratorios, mal manejo de las metodologías, ausencia de tecnología e incumplimiento del horario de clases y del currículo de enseñanza.

Se refirió también al multigrado escolar, lo que se ha convertido en un grave problema porque en una sola aula reciben docencia niños de diferentes grados y edades. Otro problema del sistema educativo en la comunidad es que muchos maestros imparten docencia en áreas que no conocen lo suficiente, evidenciando bajo dominio de los contenidos académicos, lo que va en detrimento del estudiantado.

La joven Alcántara se refirió también a los embarazos en adolescentes, situación ésta que, dijo, incide en la deserción escolar. “Como jóvenes somos los principales actores y constructores de la realidad dominicana actual. La educación es un reto para nosotros y tenemos que trabajar para cambiar esta panorámica”, precisó.

En tanto, Masiel Adames dijo que una de las grandes dificultades del sector educativo en la zona rural es que los jóvenes, al terminar la secundaria, tienen que emigrar de su hábitat para seguir los estudios universitarios “y esto se nos dificulta un poco, porque la mayoría somos hijos de familias humildes, de escasos recursos”, acotó.

A pesar de este panorama, los jóvenes coincidieron en señalar que están haciendo grandes esfuerzos para superar todas estas dificultades.

Mano amiga. Muchas de las limitaciones con las que tienen que lidiar los jóvenes de esta comunidad han encontrado la mano amiga de la Fundación Sur Futuro, que preside Melba Segura de Grullón, poniendo en marcha una serie de programas en áreas diversas. Proyectos educativos, de invernaderos, microcréditos, emprendurismo, protección al medio ambiente y otras han permitido dinamizar la zona con el involucramiento no solo de los muchachos, sino de toda la comunidad.

Entre los programas que actualmente impulsa Sur Futuro figuran: diplomados en educación ambiental, campamentos ecológicos basados en la metodología de educación ambiental al aire libre, fortalecimiento del liderazgo y el programa de gestión de becas Amigos del Sur en el cual han participado más de 150 jóvenes. De igual manera, capacitación a emprendedores productivos con la posibilidad de que puedan acceder a créditos y como estrategia para el desarrollo de una ciudadanía activa se han fortalecido más de 60 grupos juveniles articulados en tres redes enfocados en políticas públicas locales. Con relación al programa Entra Conectad@, Susana Doñé, gerente de Programas Sociales de Sur Futuro, explicó que pretende formar a jóvenes rurales, para impulsar empleos propios a través del desarrollo de microempresas que permitan generar ingresos, tanto a nivel personal como familiar.

Beneficiados. Explicó que en el período 2005-2007, 360 jóvenes de 17 comunidades de Azua participaron en el programa, obteniendo como principales resultados de la intervención una tasa del 3.6% de deserción acumulada y 30.4% de inserción laboral.

Actualmente 385 muchachos participan en cursos de ofimática, reparación y mantenimiento de computadoras, electricidad, auxiliar de contabilidad y almacén. La meta es apoyar la inserción exitosa de los participantes y que al menos el 40 por ciento de los egresados sean empleados dependientes, manifestó.

Agregó que desde el pasado año la Fundación Sur Futuro puso en funcionamiento una oficina de intermediación laboral que procura brindar servicios de gestión de empleos para jóvenes egresados de los programas de educación continuada que impulsa junto al Instituto Politécnico Loyola (IPL), de San Cristóbal. En el encuentro, Willy Ramírez, quien se ha destacado en la comunidad, se refirió a su superación personal como ejemplo para otros jóvenes. El conversatorio, que concluyó con la interpretación artística de la cantante de música cristiana Ruth Pimentel, se desarrolló en las instalaciones de la Fundación, en Padre Las Casas.

Apoyo. En estos nueve años, la Fundación Sur Futuro ha contado con el apoyo del Infotep, del ITLA, Fundación Kellogg, la Fundación Internacional de la Juventud, Becas Semilla de la Embajada de los Estados Unidos, Fundapec, EARTH en Costa Rica, Universidad Zamorano, en Honduras, el Instituto Politécnico Loyola y el Politécnico de Azua.



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